Según la definición dada por la ASTM (Sociedad Americana de Ensayos de Materiales), una grasa lubricante es un producto entre sólido y semifluido compuesto por un agente espesante en un lubricante líquido. Los espesantes más utilizados son los jabones metálicos y los espesantes orgánicos e inorgánicos. Los aceites utilizados como base pueden ser minerales, sintéticos, vegetales o ésteres de origen sintético o natural. La combinación de espesantes, aceites de base y aditivos determina las características, propiedades y ámbito de aplicación de cada grasa.
El Instituto Nacional de Grasas Lubricantes de EE.UU. (NLGI) ha desarrollado una escala numérica para clasificar la consistencia de las grasas. Esta escala define 9 grados distintos de grasas, que van desde 000 (extremadamente fluida) a 7 (sólida).
La línea Rubus ha sido desarrollada específicamente para la industria alimentaria y está registrada por la NSF como H1, es decir, «Autorizada cuando hay riesgo de que el lubricante entre accidentalmente en contacto con alimentos».
La amplia gama de grasas lubricantes Eni, clasificadas por tipo de espesante utilizado, son capaces de cubrir cualquier tipo de aplicación en los diferentes sectores de la industria pesada (cemento, acero, etc.), la industria papelera y la marina, y se sitúan a la cabeza de un mercado cada vez más sensible a las prestaciones y a la calidad de los productos terminados.
El Instituto Nacional de Grasas Lubricantes de EE.UU. (NLGI) ha desarrollado una escala numérica para clasificar la consistencia de las grasas. Esta escala define 9 grados distintos de grasas, que van desde 000 (extremadamente fluida) a 7 (sólida).
La línea Rubus ha sido desarrollada específicamente para la industria alimentaria y está registrada por la NSF como H1, es decir, «Autorizada cuando hay riesgo de que el lubricante entre accidentalmente en contacto con alimentos».
La amplia gama de grasas lubricantes Eni, clasificadas por tipo de espesante utilizado, son capaces de cubrir cualquier tipo de aplicación en los diferentes sectores de la industria pesada (cemento, acero, etc.), la industria papelera y la marina, y se sitúan a la cabeza de un mercado cada vez más sensible a las prestaciones y a la calidad de los productos terminados.